Como apreciamos en la imagen, un habilidoso graffitero, ha dejado un retrato que seguro hará las delicias de cualquier peatón que lo contemple. La referencia artística es clara, aunque no pertenezca al mismo género; la película genialmente dirigida por Stanley Kubrick en 1980, El Resplandor, que nacía de la historia del libro del mismo nombre de Stephen King, como expresa la cara del graffiti, todo muy terrorífico. Me gusta mucho esta pintura, porque parece que Jack Nicholson vaya a salirse de la puerta. Está viva. Es este carácter del arte urbano, el que me sorprende siempre que lo disfruto. El romper con lo lineal, con lo establecido; cambiar un tapiz, una pared, o una alcantarilla por la que pasamos todos los días sin reparar en ella, y con la que el artista interactúa, y deja su huella, su designio; aquí van algunos ejemplos.
Éste es un ejemplo de como alguien es capaz de canalizar la presencia del agua, una pared sin agujeros, y una tubería, hacia una obra de arte que hace más bonito un lugar, y que aprovecha elementos no solo frontales como la pared, sino también la tubería a modo de pajita haciendo que la obra salga del soporte, dándole aún más vida.
Siempre me ha parecido muy interesante la integración de la arquitectura y la pintura que se produce en este tipo de actuaciones urbanas.
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